El Método Pilates es una forma de puesta a punto del cuerpo en general que se ha puesto muy de moda en los últimos años debido a su fácil practica y a sus excelentes resultados.
Consiste básicamente en que la mente vaya adquiriendo dominio total sobre el cuerpo; la práctica requiere una gran disciplina y altas dosis de paciencia, ya que hay que practicar los ejercicios de forma diligente e inflexible, para que poco a poco nos acerquemos al objetivo marcado, lograr el equilibrio total.
Como toda practica que se empieza a extender, el Método Pilates también tiene su dosis de mito, alimentado por el desconocimiento general. Por ejemplo, el centro de trabajo; muchas personas acuden realmente a centros de estética donde se les presenta un entorno muy decorado y agradable, lo cual no es que sea negativo, pero lo mas importante es que sea un lugar donde trabajen verdaderos profesionales. Muchos de estos sitios son realmente spas, donde el cliente acude a relajarse, y no a entrenar.
Es importante saber para todos aquellos que acuden a clases de Pilates con el objetivo de perder peso, que esto no se consigue con solo acudir dos veces a la semana al entrenamiento, sino que además hay que contar con el asesoramiento de un nutricionista y complementarlo con una dieta sana y equilibrada, donde se reduzca la ingesta calórica. Asimismo, es aconsejable también realizar un programa de tonificación muscular y ejercicio aeróbico. Todo esto unido hará que poco a poco las reservas de grasa vayan disminuyendo, asi como el tejido adiposo, y se consiga una reducción del peso y volumen corporales. Así, a medida que se reconstruye el sistema muscular libre de grasa, se aumenta el metabolismo durante las veinticuatro horas del día, lo que nos permite adelgazar
Otra de las pegas que algunas personas le ponen al Método Pilates es que es una forma muy “light” de entrenar, lo cual es cierto si, como se ha indicado antes, asistimos a un centro de estética o spa en vez de a un estudio profesional de Pilates.
En estos últimos, se aplican técnicas avanzadas para el mantenimiento del cuerpo, sustentadas en la anatomía y la biodinámica aplicadas al movimiento. Tampoco es cierto que todas las personas estén preparadas o puedan ejercitarse de igual forma para practicar Pilates; de hecho, es un sistema que requiere de mucho control y dominio sobre el cuerpo, y las posturas deben hacerse con precisión y ser supervisadas. Por eso hay que acudir a centros profesionales, donde los expertos realizarán un examen físico previo para determinar la intensidad y la frecuencia del entrenamiento para cada persona. Habrá personas que encuentren dificultoso realizar las posturas y ejercicios, por lo que no todos son susceptibles de practicarlo.
Asimismo, otro punto a tener en cuenta es que una lección de Pilates no es una clase de rehabilitación. Para estos menesteres, la persona deberá acudir a un fisioterapeuta, y una vez recuperada, podrá empezar a practicar gradualmente el Método Pilates. Algunos seguidores de este tipo de ejercicios piensan que si les duelen determinadas zonas del cuerpo al terminar la sesión es que se han ejercitado bien, pero nada más lejos de la realidad; de hecho no debe haber ningún tipo de dolor en las articulaciones (rodillas, cervicales, lumbares, etc.), ya que esto no significaría más que se ha realizado una mala postura. Cuando el cuerpo se fuerza demasiado y se somete a un sobre-entrenamiento al que no está acostumbrado, sufre un gran daño.