La terapia neural es un método de diagnóstico y de tratamiento de molestias y trastornos causados por disfunciones en el sistema eléctrico del cuerpo, lo que se llama campos de interferencia, y pueden darse en cualquier parte del organismo, ya sean órganos internos, ganglios, huesos o piel.
Los citados campos de interferencia tienen menor potencial
eléctrico que los tejidos circundantes; por tanto, los flujos de corriente de
alto voltaje cuando tienen alguna interferencia con los de bajo voltaje, envían
señales confusas al sistema nervioso central. Esto hace que el cuerpo reaccione
de forma diversa, a veces favorable y otras de forma inapropiada, lo que da
lugar a enfermedades y molestias internas. Para tratar estas afecciones, se
procede a tratar los signos de la enfermedad en el mismo sitio del origen.
La terapia neural tiene varios mecanismos de acción, teniendo
altos porcentajes de éxito tanto en enfermedades agudas como en las crónicas,
porque actúa directamente en el órgano afectado, y ataca al campo interferente.
En el tratamiento, se administra un fármaco llamado procaína, que tiene numerosos
efectos beneficiosos para el organismo, entre ellos, el de regular la circulación
tanto sanguínea como linfática, es antialérgica, disminuye el dolor y la fiebre,
tiene efectos diuréticos, favorece la producción de hormonas y enzimas favorables
al desarrollo corporal y mejora la salud en general del individuo.
Por otra parte, también hay que tener en cuenta que la terapia
neural no está indicado para todas las personas, o bien no tiene la misma efectividad;
estos casos son, por ejemplo, enfermedades mentales( neurosis, neurastenia),
enfermedades nutricionales, tales como carencias vitamínicas, carencias de hormonas,
enfermedades genéticas y hereditarias, infecciones avanzadas o cáncer. El entorno
y las condiciones medioambientales en las que pueda encontrarse el paciente
también influyen en la posibilidad de éxito del tratamiento, siendo éste más
bajo en personas que tomen alcohol, que fumen o se droguen, y aquellas cuyo
déficit de vitaminas y minerales sea muy alto. En estos casos, antes deberán
corregirse estos hábitos, pues si no los resultados serán muy pobres.
En cuanto al tratamiento en sí, suele ser rápidamente efectivo.
Cuando se inyecta en el posible campo de interferencia la procaína, las molestias
desaparecen en cuestión de segundos por un período que puede durar hasta un
día entero (esto referente a todo el cuerpo, menos a los dientes, cuyo período
de efectividad es de ocho horas). La respuesta es, por tanto, temporal, y aparte
de tener propiedades anestésicas en la zona dañada, también tiene la facultad
de restaurar los potenciales eléctricos alterados. Aunque en principio la respuesta
favorable sea leve, es un indicio de que el tratamiento debe llevarse a cabo
y continuarse en el mismo sitio donde se ha aplicado por primera vez, porque
la respuesta cada vez será mayor, y finalmente, no se requerirán más sesiones.
Hay que señalar también que la terapia neural es un poco dolorosa,
pero la molestia dura sólo unos segundos, ya que el efecto anestésico de la
procaína lo diluye. Una vez que esta anestesia pasa, no queda ningún tipo de
malestar en el paciente.