Las flores de Bach son una serie de esencias naturales que, utilizadas de determinada manera, sirven para tratar diferentes situaciones a nivel emocional y psicológico, como pueden ser miedos, depresiones, soledad, fobias, estrés y obsesiones.
Esta terapia fue descubierta en los años veinte por el doctor
Bach, gran investigador además de médico y homeópata. En su afán de conocimiento,
experimentaba con diversas especies de flores en su Gales natal, encontrando
hasta 38 remedios curativos naturales contra las afecciones emocionales.
El doctor Bach creía en la teoría de que los problemas físicos
muchas veces tenían su origen en un desajuste emocional, y que, al persistir
este, la enfermedad física terminaba por manifestarse. Por tanto, al restaurar
el equilibrio mental la enfermedad en cuestión desaparece. Basándose en esto,
desarrolló la llamada Terapia de las Sensaciones.
Como se ha dicho antes, hay 38 tipos de flores, por lo que
sería muy largo el nombrarlas a todas y a sus beneficios; lo que si hay que
destacar es que hay 34 flores silvestres y 3 de cultivo; la que hace la número
38 no es en sí una flor, sino agua de manantial (rock water). A su vez, estas
38 flores se dividen en siete grupos dependiendo del problema que se quiera
tratar: el grupo 1 trata los temores, el grupo 2 sirve para tratar la incertidumbre,
el grupo 3 trata el desinterés y la desgana, el grupo 4 para las manifestaciones
de la soledad, el grupo 5 se ocupa de la susceptibilidad ante las influencias
y opiniones de los demás, el grupo 6 trata la desesperación y el abatimiento,
y por último el grupo 7 se ocupa de aquellos que se afligen en demasía por los
problemas de los demás.
Usando estos 38 remedios naturales, se pueden incidir en las
vibraciones energéticas más sutiles del organismo; éste los asimila fácilmente,
no tienen efectos secundarios y no interfieren con medicamentos prescritos de
forma tradicional, por lo que se adquiere una mayor resistencia ante los trastornos
físicos y también una mayor serenidad y aceptación de uno mismo. Según estos
parámetros, no existe curación posible si no va acompañada por una actitud mental
adecuada, como la tranquilidad y el equilibrio interior.
Una de las ventajas que tienen los tratamientos con Flores
de Bach es que pueden ser ingeridas por todo el mundo, es decir, pueden tratarse
niños y adolescentes, mujeres embarazadas y en período de lactancia, ancianos,
animales (e incluso plantas), pacientes en tratamiento con otros medicamentos,
enfermos en rehabilitación o convalecientes, y también las que están en coma
o inconscientes; estos últimos pueden tomar el tratamiento a través de la piel
utilizando una crema a la que se le haya añadido previamente tintura de Flores
de Bach.
Quizá la única restricción sea para los alcohólicos, ya que las flores se preparan
en una base de brandy con agua; para que estas personas sigan pues el tratamiento,
se debería cambiar el brandy de la base por vinagre.
Asimismo, las personas con trastornos o enfermedades mentales
también pueden tomar estas flores, si bien su terapeuta, psicólogo o psiquiatra
tiene que ser el que determine qué tipo de flor y si debe tomarlo en conjunción
con otros medicamentos, o de forma única. Por último, decir que las flores pueden
combinarse entre sí, aunque se recomienda que el máximo sean siete flores por
mezcla.