La creciente moda de volver a lo natural, ha hecho que los aceites esenciales gocen de gran popularidad en cuanto a tratamientos de belleza se refiere, debido a sus múltiples propiedades.
Además, cada vez es más accesible al público gracias a su comercialización
a través de herboristerías y parafarmacias, y su alta calidad. Esto último es
muy importante cuando utilizamos los aceites para la aromaterapia, ya que un
aceite de baja calidad no dará el resultado esperado. El aceite debe oler igual
que la planta que lo produce, tiene que producir la misma sensación que si se
oliese la misma.
Si esto no es así, significa que no es puro y que está adulterado,
que proviene de una mezcla de químicos o de una destilación adulterada. Asimismo,
aun siendo asequibles, los precios de los aceites varían mucho dependiendo de
la planta de la que se trate; así, no podemos encontrarnos que un aceite de
jazmín valga igual que uno de manzanilla, por lo que habrá que desconfiar de
su calidad en los establecimientos donde los vendan todos al mismo coste.
Por otro lado, los aceites necesitan estar protegidos de la
luz, así que deberán ir guardados en botellas de vidrio oscuro; si es transparente,
las propiedades del producto no están garantizadas.El aceite es un líquido de
color claro y muy ligero, y se evapora con facilidad, con lo que hay que guardarlo
y preservarlo debidamente.
Cada aceite tiene una identidad, características y beneficios
propios, hay cientos de ellos, pero entre los más solicitados podemos citar
al aceite de bergamota, que es conocida por sus propiedades calmantes de los
nervios. Mejora el estrés, el cansancio y la fatiga, también es un desodorante
natural e incluso se utiliza en pieles grasas para combatir el acné. Otro aceite
muy conocido es el de eucalipto, un poderoso antiséptico que ayuda en los procesos
infecciosos del aparato respiratorio, tuberculosis y asma. También es cicatrizante,
expectorante, estimulante, diurético y depurativo, por lo que se utiliza en
regimenes de adelgazamiento.
El clavo también tiene propiedades antisépticas y se utiliza
para los dolores dentales, al mismo tiempo que ayuda a realizar la digestión.
En cuanto al hinojo, es muy útil para el buen funcionamiento del aparato digestivo,
ya que es diurético y laxante.
El jazmín es por su parte uno de los aceites más caros y difíciles
de obtener. Es un aceite cálido y delicado, muy sugerente, con muchas propiedades,
entre las que destaca el ser afrodisíaco. En su esencia más pura, cuando se
evapora, tiene propiedades relajantes; también se usa en el mundo cosmético
para las estrías. La lavanda es probablemente uno de los aceites más utilizados
y más populares, es un calmante natural para el sistema nervioso y también actúa
como analgésico y antibiótico efectivo, se usa en cosmética y como ambientador.
El aceite de melisa tiene efectos sedantes probados, es antiespasmódico
y tonificante para la piel. La menta también es uno de los más vendidos, ya
que es muy estimulante y muy útil para masajes.
El aceite de pachulí también se utiliza para este fin, siendo
al mismo tiempo afrodisíaco y antidepresivo, y su uso más extendido es la de
ser componente de perfumes y geles de baño.
La rosa es la reina entre los aceites de flores por sus propiedades
antisépticas, antidepresivas, antiespasmódicas, astringentes, circulatorias,
purificantes y sedantes; es por ello que su precio suele ser bastante alto.
Entre las más conocidas está la de rosa mosqueta, muy utilizada por su poder
regenerativo para la piel.