Cada vez más personas intentan hacer de su hogar un auténtico spa donde poder relajarse tras un duro día de trabajo. Tener un hidromasaje en casa sigue siendo sinónimo de lujo y estatus, pero además se le ha añadido el valor de la salud y la belleza para cuidarnos tanto por dentro como por fuera. Por tanto, ya no es necesario acudir a un centro especializado para poder gozar de tratamientos con hidromasaje, porque podemos tenerlo en nuestro propio hogar. Las bañeras de hidromasaje se presentan como la principal opción del spa casero, que sean de mayor o menor tamaño e incluso en forma de ducha, ya depende del presupuesto y del espacio del que disponga cada uno.
Si elegimos una bañera, las hay de varios tamaños, prestaciones y presupuestos. Las más sencillas permiten tomar un baño relajante de burbujas y regular la salida del aire para que las burbujas tengan mayor o menor intensidad. Las más completas también tienen chorros de agua a ambos lados de la bañera, que complementan el tratamiento con burbujas y a su vez también son regulables; todas ellas ofrecen una estructura ergonómica para que la persona se encuentre cómoda y pueda abandonarse al disfrute del hidromasaje. Aparte de otorgar una gran sensación de bienestar, las bañeras de hidromasaje actúan principalmente como relajantes musculares y tonificantes, y además potencian el riego sanguíneo.