El aloe vera es una planta ampliamente conocida en el mundo de la dietética y la belleza desde la antigüedad, sobre todo por sus propiedades curativas. Los conocimientos sobre esta planta se fueron dando a conocer en principio oralmente, hasta que el surgimiento de la botánica hizo que se hicieran numerosos escritos acerca de sus propiedades. La palabra aloe significa en su origen sustancia amarga y brillante, puede cultivarse tanto en zonas desérticas como templadas y florece varias veces al año.
Esta planta tiene múltiples aplicaciones, y aunque la mayor parte son de tipo cutáneo, tampoco se descartan otras. Entre sus propiedades, tiene la de suavizar el ph neutro de la piel, reducir la acidez de estómago y reestrablecer el equilibrio gastrointestinal. A nivel dermatológico, acelera la formación de células fibroblásticas, que son las responsables del aumento del colágeno, y por lo tanto atenúan las arrugas existentes y se evita la aparición de otras nuevas. En cuanto al aparato locomotor, el aloe vera ayuda a la formación de sustancias que favorecen la regeneración de los tejidos en los procesos reumáticos y artríticos; entre otras cosas, el ácido acetilsalicílico que se encuentra en esta planta ayuda a reducir considerablemente la inflamación y el dolor post-traumático.
También tiene considerables beneficios en el aparato respiratorio; al ser broncodilatador y volviendo a sus propiedades anti-inflamatorias, es muy recomendable en los casos de asma y bronquitis. En el plano estético, se viene utilizando para la lucha contra la caspa y la seborrea, ya que su efecto bactericida y fungicida arrastra las células muertas. Esto también la hace muy valiosa en cuanto a la regeneración de las heridas, ya que tiene un alto poder cicatrizante, con lo que las marcas en la piel se atenúan; es por su alto contenido en calcio, potasio y celulosa por lo que interviene en los procesos de coagulación y cicatrización. Incluso tomada en forma de infusión regularmente, reduce los niveles de colesterol.
Siguiendo con el tema de la belleza, es muy beneficiosa también para una limpieza profunda de los dientes, dejándolos relucientes. Asimismo es muy rica en enzimas digestivas, favoreciendo la absorción de los nutrientes, por lo que se eliminan las flatulencias y la hinchazón del vientre. En general, es un gran hidratante para la piel, actuando como regenerante y tratante para todo tipo de pieles. Si se aplica con paciencia y regularidad, elimina las manchas oscuras que la melanina genera; con su potente acción de regeneración celular, el aloe es muy efectivo para tratar distintos problemas crónicos de la piel, además de las citadas manchas, el acné, la celulitis, la dermatitis, eczemas, hemorroides, arrugas y verrugas.
Es muy beneficiosa también a la hora de disfrutar el sol, sobre todo para las pieles sensibles, ya que actúa de protección contra los rayos UVA, hidrata la piel seca e irritada por el sol y forma sobre la misma una pantalla protectora. Es de gran ayuda en el proceso de curación de las quemaduras, estimulando el crecimiento de las células sanas en la piel y se regeneran tan rápido que se cierran alrededor de la zona afectada en la epidermis sin que se produzca costra.