Control de peso en la menopausia

Debido a los cambios hormonales que las mujeres experimentan cuando entran en el período de la menopausia, muchas aumentan de peso irremediablemente, y esto les conduce a una espiral de dietas sin sentido, incluso peligrosas para la salud, ya que no incluyen elementos esenciales para el correcto funcionamiento de su organismo, mucho más en este estado tan delicado de sus vidas.

Estos cambios experimentados por las mujeres son debidos a que dejan de producir ciertas hormonas llamadas estrógenos (las cuales aparecen con cada menstruación), que, además de formar parte del proceso reproductivo, también tienen otras funciones como reforzar la estructura ósea y preservar la salud del sistema arterial. Por tanto, cuando los estrógenos dejan de producirse aparecen una serie de problemas relacionados, como la sequedad vaginal, la osteoporosis, oleadas de calor repentinas, depresión, insomnio, hipertensión arterial, infecciones de orina e incontinencia y aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos.

Pero aparte de todos estos problemas de salud, uno de los principales motivos de preocupación de las mujeres menopáusicas es el aumento de peso, ya que hace que baje su autoestima en gran medida. Las mujeres engordan en general porque, al disminuir la producción de la hormona sexual, también se altera el mecanismo interno encargado de regular la distribución del tejido adiposo o grasa y su proporción con los músculos. Además, y debido a que el metabolismo es más lento por causa de la edad, los lípidos y glúcidos se asimilan más lentamente, por lo que son más propensos a ser almacenados en forma de grasa. Por tanto, muchas mujeres optan por recortar de su dieta alimentos que, por otra parte son necesarios para el equilibrio del organismo y para la correcta absorción de vitaminas y minerales, con lo que acaban teniendo otros problemas añadidos, como lipotimias, mareos, anemias y disminución de las defensas.

Por ello, una de las recomendaciones para evitar este aumento de peso es aplicar a la mujer una terapia de reemplazo hormonal, la cual se basa en administrar los estrógenos que han dejado de producirse de forma artificial, ya que se preparan en laboratorios. Sin embargo, no todas las pacientes son susceptibles de recibir el tratamiento, pues aquellas que son propensas a sufrir cáncer de mama o de endometrio aumentan sus probabilidades de desarrollarlos. Por lo tanto, la mayoría de los especialistas recomiendan que el mejor método para recuperar la línea en esta etapa de la vida femenina es llevar una alimentación especialmente cuidada y revisada por un nutricionista.

Entre las recomendaciones alimentarias, está el consumo de carbohidratos de absorción lenta, es decir, aquellos que no son dulces, y que previenen las alteraciones gastrointestinales gracias a su alto contenido en fibra y en vitaminas; como ejemplo tenemos la pasta, los cereales, las legumbres y las harinas integrales. Por otra parte, las grasas no deben dejar de consumirse, ya que son una gran fuente de energía, además de ser necesarias para la absorción de ciertas vitaminas como la A, D, E y K. Lo que hay que procurar es que sean de origen vegetal, como los aceites de oliva, girasol o soja, y los frutos secos, ricos en ácidos grasos esenciales. En cuanto a los minerales, los más importantes para la mujer menopáusica son el calcio, ya que ayuda a evitar la osteoporosis, y que se encuentra en la mayoría de los lácteos, pescados y cereales, y el fósforo, que también sirve para la regeneración y el fortalecimiento de los huesos. No debemos olvidar el consumo de proteínas para facilitar la tonicidad muscular y el rendimiento físico, y finalmente una rutina diaria de ejercicio moderado, como caminar a paso ligero, para mantenerse en el peso ideal durante la menopausia.

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