Sin la comida no se podrá obtener la energía necesaria para comenzar el día con normalidad. No obstante, cuando se come más de lo debido o no se balancean los alimentos, las calorías se acumularán, por lo que el cuerpo podrá reflejar estas a través de kilos de más.
Hablemos de calorías
En cuanto a calorías, un almuerzo nutritivo y sano, debería contener entre 500 y 620 calorías, ya que la cantidad requerida por día es de 2000 y por lo tanto, hay que sumarle al almuerzo las calorías del desayuno, la merienda, las colaciones y la cena.
Disminuir las calorías a esas recetas tan tentadores podría parecer un tanto imposible, pero con unos sencillos tips eso puede llevarse a cabo. Es por eso que debes esquivar las grasas pero aprender a no resignar el sabor de tus comidas.
¡Agregando sabores de bajas calorías!
Para poder convertir ese plato engordante en uno más saludable, solamente basta con agregar sabores bajas calorías. Tal es así, que lo mejor es identificar cada uno de los alimentos ricos en calorías y sustituir estos por productos de calorías bajas.
Primero comienza de a poco sustituyendo algunos de los productos originales por aquellos que poseen pocas calorías y comprueba en cuanto se ve afectada la consistencia y el sabor del plato una vez realizado. Recuerda además, dejar una cantidad de grasas pequeña para que el plato no pierda identidad.
El aceite de oliva a pesar de ser muy sano y de agregarle sabor a las comidas, aporta también muchas calorías, por lo que lo ideal sería reemplazarlo por margarina light. Si bien los alimentos light pueden no tener tanto sabor como los originales, los aderezos y las especias ayudan a que el plato tenga personalidad. El caldo por ejemplo, saboriza y sustituye a la manteca y al aceite, mientras que la leche la leche condensada disminuye también las grasas y ayuda en la consistencia de los postres, haciéndolos a su vez más sabrosos.