Demanda contra la ciudad de NY para conseguir que se eliminen las restricciones del cigarrillo electronico

En Nueva York existe una organización que defiende los derechos de los fumadores, y han presentado una demanda contra la ciudad para conseguir que se eliminen las restricciones de vapear en restaurantes, parques y otros espacios públicos.

En
Diciembre del 2013, el alcalde en aquel momento Michael Bloomberg,
prohibió en Nueva York el uso de los cigarrillos electrónicos en
lugares públicos, aplicando las mismas restricciones que tiene el
tabaco. Tanto si es humo como vapor de nicotina, pasaron a estar
prohibidos en los espacios públicos de la ciudad de los rascacielos,
mediante esta modificación a la llamada ley «aire sin humos»
(Smoke-Free Air Act).

En Nueva York existe una
organización que defiende los derechos de los fumadores, y han
presentado una demanda contra la ciudad para conseguir que se
eliminen las restricciones de vapear en restaurantes, parques y otros
espacios públicos.

Esta asociación, New York City Citizens Against Smoking
Harrasment, defienden que esta prohibición sobre los cigarrillos electronicos no tiene ningún sentido
y que va en contra del espíritu de la ley, dado que los cigarrillos
electrónicos son artículos que no contienen tabaco ni producen
humo, por lo tanto no afecta al fumador pasivo que deja de aspirar
componentes que le puedan perjudicar, y por este motivo reclaman a la
Corte Suprema Estatal que los elimine de la legislación.

Por el contrario el portavoz del Concejo Municipal confía que la
corte se mantenga firme ante la ley establecida y declara: «Nuestra
legislación asegura que los objetivos del Smoke-Free Act no queden
minados y se proteja al público de estas sustancias no reguladas»
a través de un comunicado.

La agencia federal Food and Drug Administration (FDA) aún
no ha establecido regulaciones oficiales sobre los cigarrillos
electrónicos.

Investigadoras de la Universidad de California han publicado en la
revista JAMA Internal Medicine, que rechazan una vinculación entre
el consumo de los cigarrillos electrónicos y el del tabaco
convencional.

Muchos son los estudios que dicen demostrar que se trata de un
producto dañino y que es perjudicial para la salud, pero la realidad
a día de hoy es que no existe ninguna prueba de ello.

Seguirán adelante con la demanda interpuesta para intentar
cambiar una situación que no acaba de ser comprendida por este
sector, que no hacen daño a nadie y se encuentran con una serie de
normativas impuestas declarando que perjudican sin ser cierto.

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